A veinte años de la primavera magisterial del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTE) de la Sección 9 del SNTE, cabe recordar que los logros que se obtuvieron: aumento salarial, superior al pactado por los charros y el Estado, democratización de la Sección 9 (conquista de los Comités Ejecutivos Delegacionales y del Comité Ejecutivo Seccional, totalmente democrático), la caída de Carlos Jonguitud, “líder vitalicio” del SNTE y el avance en la democratización en otras secciones del país, codo a codo con la CNTE; fueron el resultado de la participación mayoritaria de miles de maestras y maestros de preescolar, primaria y niveles especiales, con el respaldo de padres de familia y pueblo en general, tanto en la Ciudad de México como en diversas entidades del país.
A lo largo de febrero a julio de 1989, el MDTE supo cohesionar a todas y a todos a partir de las asambleas de escuela, zona y sector, generando instancias de decisión (con consulta a la base) como la dirección colectiva y el pleno de representantes. La naturaleza amplia, asambleísta, democrática y representativa del MDTE le dio rumbo a la lucha, independientemente de la existencia de corrientes al seno del movimiento.
Hoy, que el charrismo, con la complicidad del gobierno, se enseñorea en nuestro sindicato, que usurpa nuestra voz, nuestra representación y eterniza a otro líder vitalicio, Elba Esther Gordillo, no está de más voltear la cara hacia la gesta histórica del MDTE, extraer sus lecciones y contagiarnos de su espíritu unitario y de lucha.
Recuperar el pasado, aprehender sus aciertos, ubicar y superar sus errores, es condición sine qua non, para retomar el rumbo de la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo: escuela por escuela y zona por zona.
A lo largo de febrero a julio de 1989, el MDTE supo cohesionar a todas y a todos a partir de las asambleas de escuela, zona y sector, generando instancias de decisión (con consulta a la base) como la dirección colectiva y el pleno de representantes. La naturaleza amplia, asambleísta, democrática y representativa del MDTE le dio rumbo a la lucha, independientemente de la existencia de corrientes al seno del movimiento.
Hoy, que el charrismo, con la complicidad del gobierno, se enseñorea en nuestro sindicato, que usurpa nuestra voz, nuestra representación y eterniza a otro líder vitalicio, Elba Esther Gordillo, no está de más voltear la cara hacia la gesta histórica del MDTE, extraer sus lecciones y contagiarnos de su espíritu unitario y de lucha.
Recuperar el pasado, aprehender sus aciertos, ubicar y superar sus errores, es condición sine qua non, para retomar el rumbo de la lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo: escuela por escuela y zona por zona.
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